Entrevista a la actriz Lola Casamayor

1.      ¿Hay antecedentes artísticos en tu familia? ¿Cuándo y cómo decidiste dedicarte a la interpretación?

   Hay antecedentes y descendientes. Mi abuela pintaba, mi madre hizo la carrera de piano y mi hija está acabando Bellas Artes.

   De niña adoraba el cine y Marisol me fascinaba; a los 12 años decidí que sería actriz, y cuando crecí mi sueño se mantuvo firme

 

2.      Como se comenta en esta entrevista, tu familia te obligó de alguna manera a seguir con los estudios (Turismo, en tu caso). ¿En tus tiempos de estudiante ya tenías experiencias como actriz?

   Compaginé los estudios de Turismo con mi permanencia en el grupo de teatro independiente “Cizalla” que dirigía Enrique Centeno, y allí bregué con los focos, las mangueras, las cámaras negras, los viajes nocturnos en furgonetas, los ensayos, los lugares donde representábamos (algunos inverosímiles), el público... Fue mi iniciación. Luego al acabar Turismo me metí en la Escuela de Arte Dramático, pero ya con un cierto bagaje.

3.      Te licenciaste en la Real Escuela Superior de Arte Dramático. ¿Qué otros actores compartieron contigo estudios? ¿Quieres mencionar a algún profesor o compañero de esta época por alguna razón en concreto?

   Ernesto Caballero y yo estuvimos juntos en todos los cursos y ya en tercero apuntaba maneras de excelente director. También Susi Sanchez venía a algunas clases con nosotros a pesar de estar en un curso superior, Nancho Novo también andaba por allí, y Paco Maestre... De profesores tuve a Antonio Malonda, Marta Schkinca, el maestro Pepe Struch, José Monleón, Domenech...

4.      Antes de centrarte en la actuación tuviste trabajos tan variados como diseñadora de joyas o bien en una empresa de catering. ¿Qué otros trabajos tuviste?

   Cuando no había ordenadores y no todo el mundo escribía a máquina yo trabajé pasando trabajos, tesis, en un estudio de arquitectos, haciendo encuestas, dando talleres de teatro en colegios...

5.      Hay pocas informaciones de tu debut en televisión, el programa infantil con el que desayunábamos muchos niños y adolescentes en las mañanas de Antena 3: Tras tres tris (1994-1995). Dirigido por Elene Lizarralde, interpretabas el papel de la madre de Ana Chávarri y vuestros vecinos eran Yohana Cobo, Tito Augusto y el pelirrojo Juanma. ¿Qué recuerdas de este papel? ¿Cómo fue trabajar para el público infantil? ¿Te dio popularidad o relevancia en tu carrera?

   Sobre todo lo que me dió fueron tablas en la televisión. Encontrarme como en mi casa en un plató. Y pasármelo muy bien; mi hija Ana Chavarri era (y sigue siendo) una persona deliciosa y una currante.

6.      Tu siguiente papel también fue para el público infantil, como abogada en la película Corsarios del chip (Rafael Alcázar, 1996). ¿Pensabas entonces que tu carrera estaría centrada en el público infantil?

   En absoluto, estaba abierta a todo y nunca he pensado que me encorsetaría en nada. En teatro también he hecho unos cuantos espectáculos infantiles, y campañas escolares, que me parecen fantásticas porque acercan a los niños y a los jóvenes al teatro (son los espectadores del futuro), y cuando les enganchas su atención es oro. Y yo siempre recuerdo la primera vez que fui al teatro, con unos 14 años, me quedé absolutamente fascinada.

7.      Seguiste con algunos papeles episódicos para series semanales como Médico de familia, La casa de los líos, Periodistas, etc. ¿Te llegaban entonces propuestas para papeles de mayor continudiad en series?

No.

8.      Tu doctora Cecilia Schuman en Hospital central (Telecinco, 2000-2001) hizo que fueras una cara muy conocida para el público televisivo. ¿Cómo fue adaptarse al trabajo de la rapidez televisiva para una actriz con tanto bagaje teatral como el tuyo?

   Cuando hice Hospital Central ya tenía experiencia en la televisión. Pero fue fantástico estar allí desde el principio, éramos como una enorme familia, el ambiente era estupendo, era como mi casa, se crearon relaciones muy estrechas y recuerdo a todo el mundo con inmenso cariño.

9.      Hospital central es una de las series más longevas de la historia de la televisión española, pero tu personaje sólo estuvo en los inicios de la serie. ¿Por qué no continuaste en la serie? ¿La desaparición del personaje fue porque así lo quisieron los guionistas o tú no querías seguir?

   Me hubiera encantado seguir, pero querían una trama con la muerte de un personaje  querido por el público, y me tocó la china. Una pena porque acababa de adoptar una niña (mi personaje) y creo que aquello podía tener más desarrollo, pero me hicieron una trama de salida preciosa. Y efectivamente la gente me reconocía.

10.  Tu siguiente papel continuado en televisión no tuvo éxito, pues la serie Un lugar en el mundo (Antena 3, 2003) fue retirada de la programación. ¿Como afronta un actor estas decisiones que ni siquiera parten del equipo de la serie?

   Fue una lástima. Tanta gente trabajando en ello, 13 capítulos rodados... y me parece que 3 emitidos. Ni siquiera tienes la oportunidad de ver tu trabajo. Los juegos de las audiencias... ¿Y qué pasó con ese producto? ¿Se tira directamente a la basura? No sé, algo huele mal en Dinamarca.

11.  No has tenido otros papeles continuados en series semanales. ¿Hay alguna razón en concreto o bien no se ha dado?

   No se ha dado.

12.  Tu Leonor Velasco de Bandolera (Antena 3, 2011-2012) es otro de los personajes que ha calado hondo en el público. ¿Qué supuso para ti el ritmo de trabajo de una serie diaria? ¿Y el trabajar en una ficción histórica?

   

 El ritmo era vertiginoso. Me pasaba el día estudiando y rodando... y haciendo bolos de teatro los fines de semana. Era tremendo, pero disfruté como una loca, el personaje era fascinante, manejar el fantástico vestuario y la cuidada utilería, era como jugar a lo grande, porque aunque pasaran tragedias tenía todo un punto de juego y divertimento excitante.

13.  En cine te luciste (como demostró el Premio a la mejor actriz de reparto por la Unión de Actores) en Camino de Javier Fesser (2008). ¿Cómo llegaste a este papel? ¿Cómo preparaste este trabajo de alguien de creencias fuertemente religiosas?

 Me llamó directamente la jefa de casting y actriz, Rosa Morales, creo que a raíz de ver el montaje que del Marat-Sade hizo Andrés Lima en el Centro Dramático Nacional con Animalario, y ya empecé a ensayar con Javier.

   El personaje no sólo tenía fuertes creencias religiosas, sino que era del Opus Dei, una secta integrista que no me resultaba desconocida porque había pasado rozándome en varias ocasiones en mi vida. Pero lo principal son los sentimientos del personaje, su recorrido emocional, más que sus convicciones intelectuales.

14.  Con Javier Fesser repetiste, pues aparecías en los anuncios de La Casera, al estilo del 13 Rúe del Percebe. ¿Qué pensaste cuando te ofrecieron este trabajo?

   Me hizo mucha ilusión, hacer algo tan divertido (recuerdo a todos mis huéspedes, como sardinas en lata durmiendo en un cajón y me parto), encarnar a un personaje de cómic que pertenece a la iconografía de mi niñez, Ibáñez está fuertemente unido a mi infancia... y con Javier. Un lujo muy divertido.

15.  Tu otro gran papel en cine ha sido como la presa Reme en La voz dormida (Benito Zambrano, 2011). ¿Buscaste referentes reales que hubieran vivido la época o tuvieran cierta ideología, para interpretar este personaje?

    

Benito se encargó de inundarnos de información sobre la época, y tuvimos el honor de conocer directamente a una compañera de las 13 rosas, y más gente que nos contó sus historias. Yo también busqué y leí por mi cuenta. Mi abuela fue mi referente, a ella le he dedicado mi Reme.

16.  Eres una de esas actrices con una cara dura, con facciones muy marcadas y fácilmente recordables, que parecen haber marcado parte de tu carrera, al menos en cine y televisión, hacia el drama. ¿Echas de menos cómicos papeles delante de las cámaras?

   Si, es cierto que he hecho más drama que comedia, que siempre es muy apetecible y espero seguir haciendo, pero tampoco me da tiempo a echarla de menos porque afortunadamente los personajes a los que me enfrento me parecen unos bombones exquisitos.

17.  He dejado fuera de la entrevista tu larguísima experiencia teatral. ¿Actuar para la televisión y el cine para ti significa un cambio (o bajada de categoría) respecto al teatro o crees que no hay que diferenciar entre los medios para los que se trabaja?

   La esencia es siempre la misma: meterte en la piel del personaje y reproducir sus palabras y sus sentimientos con la mayor veracidad posible; pero cada medio tiene sus propios códigos y sus pros y sus contras. El teatro requiere un máximo de energía, el cuerpo y la voz adquieren mucha más fuerza expresiva que en otros medios, y tienes ahí al espectador, con sus risas, sus murmullos, sus toses, sus aplausos; el momento es único, la función nunca será exactamente igual a la de ayer o mañana.

   El cine es el séptimo arte, depende del presupuesto, pero se cuida mucho, y el trabajo que has hecho queda para siempre ahí enlatado, lo puedes volver a ver una y otra vez.

   La televisión suele tener menor presupuesto y por tanto se hace más rápidamente, y suele ser un producto de consumo rápido, pero también te da una popularidad que luego te permite conseguir personajes más importantes.

   Al final lo más importante es que el producto sea bueno y el personaje interesante.

18.  ¿En qué proyectos has estado involucrada últimamente? ¿Cómo ves tu futuro como actriz?

 

   

 Prefiero no pensar demasiado en el futuro y vivir más el presente. Actualmente, aparte de que volveremos en otoño al María Guerreo con la Doña Perfecta de Galdós que ha dirigido Ernesto Caballero, estoy actuando los martes en La casa de la Portera (un espacio sin igual y harto interesante) en Ahora empiezan las vacaciones, una versión de El pelícano de Strindberg que ha hecho Paco Bezerra y que dirige Luis Luque, en compañía de Juan Codina (reciente Premio Max de Teatro), Raquel Pérez y Raúl Tejón.