Crónicas de un pueblo (Televisión Española, 1971-1974)

Es curioso ver un serie española en DVD que ya tiene cuarenta años. Pocas son las series de las primeras décadas de la historia de Televisión Española que pueden verse en DVD de entonces, salvo las Historias para no dormir de Narciso Ibáñez Serrador, algunos otros trabajos para televisión de Antonio Mercero y poco más. Ahora que Jaime de Armiñán recibirá el Goya de Honor 2014, tal vez sea el momento de poder ver editadas series como Las doce caras de Juan, Las doce caras de Eva, Tres eran tres o Fábulas (todas ellas, si no me equivoco, con músicas de Vainica Doble).

 

De Crónicas de un pueblo se recuerda casi siempre que es una serie franquista, ideada por el almirante Luis Carrero Blanco. Así lo afirmó Antonio Mercero, director de muchos de los 113 capítulos de la serie de 30 minutos de duración -no 50, como figura en Wikipedia (al menos los que figuran en la edición en DVD duran media hora)-. Sin embargo, la idea de la serie también puede deberse al ministro Laureano López Rodó. La serie tenía como fin dar a conocer entre los espectadores el Fuero de los Españoles. Olvidemos esta parte ideológica (si uno no lo sabe, apenas se da cuenta, ya que casi siempre lo menciona el personaje del maestro, como doctrina a sus alumnos). Olvidemos también otros aspectos más bien anacrónicos: la arcadia feliz que representan los habitantes de Puebla Nueva del Rey Sancho, siempre en guardia de que los de la ciudad no alteren su vida, el nulo papel de la mujer, etc. Comentemos en cambio, lo que era una de la serie más importantes de Televisión Española, al menos hasta los años 80.

Aunque no hayamos visto la serie, la sintonía seguro que la hemos escuchado, ya fuera en la radio (como sintonía del Protagonistas de Luis del Olmo) o bien, en su versión original, cantada por The Shadows (con Cliff Richards), I could easily fall in love with you.

 

 

 

No queda claro qué fue antes, si el huevo o la gallina, es decir, si la sintonía primero se escuchó en la radio, o bien en la serie. Al parecer, como se explica aquí, la versión para Protagonistas y Crónicas de un pueblo se debe a un arreglo de Norrie Parramor. Uno de los puntos fuertes de la serie es lo bien utilizada que está la música (en los créditos no figuran informaciones de qué músicas se emplean (si son originales para la serie o bien tomadas de otros lugares). Por ejemplo, en uno de los capítulos aparece la que años después sería la música de la cabecera de Turnode oficio, el tercer movimiento del Concierto para trompeta en Fa menor de Georg Philipp Telemann.

Otro punto a favor de la serie es, algo inédito, creo, en una serie de inicios de los años 70: poder rodar tres años seguidos en exteriores, en concreto en la localidad madrileña de Santorcaz, pueblo de poco más de ochocientos habitantes, y en el que el bar, el ayuntamiento o la escuela (en la actualidad, centro cultural) se parecen -más o menos- a cómo era la localidad hace más de cuarenta años. El recuerdo de la serie se mantiene en la actualidad al tener una calle con el nombre Calle de Televisión Española (según Google Maps, la única calle con ese nombre en España; me viene a la cabeza que el actual Sálvame de Telecinco tiene una calle en la localidad salmantina de Calvarrasa de Abajo).

 

 

 

 

 

Los puntos débiles, como espectador del siglo XXI, la de veces que se ve la jirafa del micrófono (directamente, reflejada en un cristal o bien en una pared en forma de sombra), lo idílico que es todo, la doctrina franquista que figura en la serie... Puntos menores, pues la buena mano de Antonio Mercero (o Antonio Giménez Rico, o Julio Coll -como directores de la serie-) o de Juan Farias y Juan Alarcón -como guionistas- provoca que estos defectos queden en segundo plano. ¿Juan Farias? ¿A alguien le suena ese nombre? Tal vez, como me pasó a mí, asocia a Juan Farias con la biblioteca de su barrio, donde el bueno de Juan Farias hizo un día una visita a presentar alguno de sus libros, pues como escritor infantil y juvenil fue de los más leídos en los años 80 y 90. 

El punto fuerte (como en todos los trabajos de Antonio Mercero) es el jugo que se saca al reparto, muchos de cuyos actores tocaron la gloria con estos papeles y poco sabemos de ellos los espectadores del siglo XXI. Por eso me centraré en una próxima entrada del blog en el tema de qué fue de los actores de Crónicas de un pueblo. La careta de la serie es rara, pues sólo se mencionan como protagonistas a los actores de los personajes del maestro y el alcalde, siendo esta una serie más bien coral. Más claro lo veo en el machadiano maestro Don Antonio (Emilio Rodríguez), casado con Doña Rosa (M. Paz Molinero), vértice de muchas de las tramas de la serie, ya sea en su papel de maestro y su relación con los alumnos o, también, como ese hombre al que preguntar en el pueblo, no tanto por sabiduría, sino por saber buscar soluciones a temas más o menos trascendentales.

El alcalde, don Pedro (Fernando Cebrián) entabla relaciones con la boticaria Marta (María Nevado), en el capítulo La media naranja y acaban casándose en el episodio La boda (en este capítulo no me queda claro si se menciona el Fuero de los Españoles o simplemente se buscaba reflejar una boda como Dios Manda). Marta se puede decir que es una antecedente de la farmacéutica Lurdes Cano (Concha Cuetos), la protagonista de Farmacia de guardia. Al pobre Mercero le cayeron bien dadas por recoger una pareja separada (Lourdes y Adolfo -Carlos Larrañaga-) a principios de los años 90, veinte años después de Crónicas de un pueblo...

 

 El resto de personajes, que no figuran como fijos en la serie (aunque aparecen casi más que el alcalde, al menos algunos de ellos...) forman un grupo compacto de intérpretes que ya tenían mucha experiencia a sus espaldas. Si se recuerda hoy en día un habitante de la ficticia Puebla Nueva del Rey Sancho ese es el bueno (aunque un poco cotilla...) del cartero Braulio (Jesús Guzmán). Sus escenas de piques con el conductor del coche de línea Dionisio (Rafael Hernández) son de antología. Poco sabemos de la vida del cartero, hasta que en el último capítulo de los DVD de la serie aparece su mujer Juana (Pilar Yegros). La mujer de Dionisio era María (la ya aquí reivindicada María Elena Flores).

 

 

Un personaje curioso es el del alguacil Goyo (Antonio Costafreda). La imagen de este actor siempre le ha acompañado para encarnar personajes que hoy consideraríamos un poco outsiders o diferentes. Es una manera de explicar que el alguacil era un personaje un poco a contracorriente (dentro de lo que la dictadura franquista dejaba). Otro actor condicionado por su físico fue Blaki, en esta serie, Alberto, secretario del ayuntamiento.

De generaciones anteriores eran los actores que dieron vida al dueño del bar Joaquín (Jacinto Martín) o al barrendero Camilo (Xan das Bolas). Al morir Jacinto Martín, el personaje encargado de llevar la taberna del pueblo fue el comerciante de vinos Benito (Tito García). Más joven era el párroco Don Marcelino (Francisco Vidal), papel que también desempeñó el propio Antonio Mercero en los inicios de la serie. El médico de la serie también fue encarnado por varios actores, ya fueran Francisco Marsó (con el nombre de Don Francisco) o bien Arturo López (Don Cipriano). Otros vecinos del pueblo fueron incorporados por Santiago Rivero (Don Justo, el terrateniente) Francisco Algora, Manuel Zarzo, Mimí Muñoz, Profesor Turdi, etc.

 

La personalidad de los personajes infantiles queda menos definida que en otras series de Antonio Mercero como Verano azul o Farmacia de guardia. Figuran entre los títulos de crédito Juanito (Emilio García), María (Esther Dobarro, ¿o do Barro?), Manolo (Pablo Miyar), Angelito (José María Aguado).

 

 

 

Además, varios actores figuraron como actores invitados. El único mencionado explícitamente como "colaboración extraordinaria" fue Alfredo Mayo en el capítulo El hombre influyente. También aparecen nombre como Gisia Paradís y Paloma Hurtado (Rififí en Puebla Nueva del Rey Sancho), Simón Cabido (Juan Cansado), Fernando Sánchez Polack (Viejos rencores), Pepe Riesgo (Juanito y sus detectives), Gloria Cámara (La peseta de Dionisio), Luis Marín (La noche de los arqueólogos)

 

La serie fue repuesta en las mañanas de La 2 de Televisión Española en 1997 -aunque se anunció con anterioridad- (hecho criticado entonces, incluso por el propio Antonio Mercero, por considerarse una maniobra política del Partido Popular en TVE) y sigue recordándose como uno de los productos de ficción más destacados de la historiade TVE.

 

 Los que quieran ver la serie en la actualidad en sus 113 capítulos no lo podrán hacer, pues no me queda constancia de dónde están esos más de 100 episodio. La web de Televisión Española sólo ha colgado -creo- dos capítulos de la serie. La serie fue editada en VHS y DVD, pero sólo veinte capítulos, con una calidad de imagen no muy buena y parece que alternándose episodios de temporadas diferentes. Estos capítulos figuran también en YouTube (con la imagen bastante mejorada).