miércoles, 25 de septiembre de 2013

Guante blanco (Televisión Española, 2008)



Es una lástima que series como estas no sólo no triunfen, sino que sean no sólo retiradas de la programación, sino también reduciendo el número de capítulos y desbaratando las tramas. Guante blanco es una serie bien planificada y organizada, hecha con cariño y sin prisas, sin mirar tanto al público, sino al contenido. Además, sin meter a cabezas de cartel que desentonen (por lo general, ídolos carpeteros de mala dicción y con poco bagaje interpretativo). Se agredece que no intente agradar a todo tipo de audiencias (no hay abuelos, bueno, sí un personaje llamado así, ni hay un bar catalizador de las tramas o marcas de leche en la mesa del desayuno).

A pesar de todo eso, no triunfó. A pesar de ser una serie no policiaca, pero sí con policías y ladrones; donde los buenos no son tan buenos y los malos para nada son tan malos. A algunos les puede recordar a El fugitivo, a otros a El equipo A, a Luz de luna, etc. Cada uno que tome su propia visión de los dos grupos que vertebran la serie: los policías y los ladrones. Los primeros, los del inspector Bernardo Valle (Carlos Hipólito), Roberto Cortés (Jorge Roelas), Rebeca Mendoza (Leticia Dolera) y la comisaria Luisa Tubió (Yolanda Ulloa). Los segundos, los de Mario Pastor (José Luis García Pérez), José Ángel Egido (César Ferrer el Abuelo), Eloy Azorín (Jorge Lestón), Sara Martín (Pilar Punzano) y Nicolás (Jordi Dauder).
 
 

Lo peor de la serie: el mal endémico de las series españolas, la duración de los setenta y ochenta minutos. Los capítulos de Un paso adelante, que arrasó en Francia, en su emisión en dicho país fueron cortados en dos partes, y así pasaron a tener los 35-45 minutos típicos de las series de otros países (salvo España...). No sería mala idea que en la emisión en la tele o en el DVD se señalara este momento y así saber que le podemos dar al stop y seguir viendo el capítulo otro día. Algo no tan bueno es también lo desdibujados que quedan algunos personajes, de los que no se sabe nada, aunque ahí está la gracia: desconocer sus vidas, de policías y ladrones (que tal vez serían mostrados en los capítulos que no se llegaron a rodar, supongo que serían trece los previstos, y se quedaron en ocho).

 
 
Ya había leído por la red lo chapucero del final, pero al verlo en pantalla no me pareció tan cutre salchichero: las tramas centrales se cierran y no quedan muchas preguntas en el aire. Quedan desubicadas las conversaciones entre el inspector Valle y el interrogador (¿no se le da ningún nombre en la serie?) representado por Aleix Rengel (sabe ocultar más o menos bien su acento catalán; parece que la carrera del segundo David de El cor de la ciutat -dio vida al mismo personaje que en las temporadas anteriores dio vida Quim Guitérrez- no acaba de despegar del todo). Al final, como se anunciaba ya anteriormente, el jefe de la banda Mario Pastor muere, en un disparo fortuito, mientras que el resto de ladrones acaba en prisión. Se intuía que el inspector Valle no era tan bueno como parecía (el aspecto bonachón persigue a Carlos Hipólito desde su gran papel en cine en Mi hermano del alma -Mariano Barroso, 1993-pasando por Desaparecida, La Mari; ¿alguien lo recuerda en su debut en La cometa blanca?). O tal vez era bueno y por eso es samaritano al formar pareja con la mujer de Pastor, la periodista Pilar Alcocer interpretada por Ana Risueño. Al final, los genes mandan, y por eso la hija de Pastor (Clara, Denise Maestre, actriz de la cosecha de Abuela de verano, inactiva desde 2011 en Física y química) que hereda el papel de ladrona...

De lo mejorcito de la serie me parecen las tramas de los hijos de la serie, en especial los de la familia de los buenos. Muy destacable me parece el papel de la hija pequeña del inspector Valle, la buena de Inés, inventándose una amiga invisible, hablando a los adultos como sólo un guionista sabe captar cuando tiene hijos u observa bien cómo reaccionan los niños con personajes desconocidos, parientes a los que no ven a menudo, etc. Su actriz, Bárbara Meier -no confundir con una modelo alemana de misno nombre-, repitió como hija de Carlos Hipólito tras Desaparecida y debutó en Los Serrano en el año 2007. Estos son los tres únicos papeles de su carrera (según IMBD). Otras fuentes mencionan su trabajo en Pincesas (Fernando león de Aranoa, 2005) o en Cuarto milenio (La madre vampira, La masacre de Villisca) y en publicidad. Espero que se lo piense y que quiera seguir actuando... No se queda atrás el hijo del inspector Valle, Javier (Carlos Rodríguez, que ha encadenado trabajos desde Querido maestro), muy creíble en la trama con la supuesta asistena doméstica bailarina de un night club.

 

Lo mejor es ver cada capítulo independientemente, olvidarse un poco de los interrogatorios, de las tramas de familias y de comisaría, y ver como la banda de Pastor organiza los robos. Sin violencia, no roban dinero, y lo inteligentes que son las tramas que permiten robar desde un cuadro Van Gogh (capítulo 1), un violín Stradivarius (capítulo 2), una reliquia de San Pancracio (en el capítulo 3, en el que aparece el mejor actor de reparto de la serie, el exMartes y 13 Fernando Conde como mendigo con aires de grandeza). La banda del Lobo también robó botellas de vino de gran valor (capítulo 4), un cadáver -para tapar la muerte de El abuelo- (capítulo 5), documentos en la caja de seguridad de un casino (tramas del capítulo 6, en las que el personaje de Eloy Azorín, Jorge, se luce y sigue su trama de tira y afloja con Sara, Pilar Punzano: lo más realista a la española que se ha hecho en plan Luz de luna) o un huevo Faberge con una ninfa de oro dentro en el capítulo 7 (supongo que chiste interno por si a la serie le caía el premio de mismo nombre del Festival de televisión de Montecarlo). En el último capítulo (8), el más realista, para los que hemos trabajado con documentos y libros antiguos de la Biblioteca Nacional, el Conpendium de Ptolomeo.



 
 

Muy creíbles resultan todos los personajes (menos el de Nicolás, un Jordi Dauder desaprovechado -quiero pensar que en los capítulos no rodados se luciría más-), aunque supongo que el personaje más completo, con luces y sombras, experiencia y debilidad, es el de César Ferrer (un José Ángel Edigo que yo diría que fuerza aquí su acento gallego; su carrera -al igual que la de Jorge Roelas- se le deben en parte a Médio de familia, desde que se trabajaron con el doctor Nacho Martín (Emilio Aragón) sus caras están más presentes en los repartos de series y películas.
 
Buena es también la edición en DVD. Vale que todo está colgado en la web de RTVE (al menos cuando escribo esto...), pero para los que nos gusta tener la serie de turno en la estantería se incluye un Así se hizo (de audición pésima: la música tiene un volumen muy alto, mientras que a los actores no se les escucha), tomas falsas, escenas elminadas, etc.


Una reflexión final: este debió ser el papel más corto en la carrera de Carlos Larrañaga (ausente de la ficha en IMBD de Guante blanco), pues sólo aparece en una escena en la empresa que custodia el huevo con la ninfa de oro (su papel era el del padre de Mario Pastor, supongo que se desarrollaría más en los capítulos no emitidos).Y una pregunta final: supongo que los guiones de los capítulos no rodados estaban escritos. ¿Se podrán leer algún día?


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