- ¿Hay antecedentes artísticos en tu familia? ¿De dónde viene tu interés por la interpretación?
Siempre he
considerado a mi padre un artista. Ilustrador y diseñador gráfico, tiene una
empresa de publicidad y ha mantenido a su familia ejerciendo siempre su vocación
artística… Aun así, no puedo decir que yo provenga de una familia de actores ni
directores ni nada relacionado con mi profesión. Pero siempre les he agradecido
muchísimo a mis padres apoyarme en mis proyectos y educarme en la creencia de
que yo puedo conseguir vivir una vida en la que mi profesión sea a la vez mi
vocación.
Mi vocación se
despertó por primera vez en un escenario. Tuvimos que hacer una obra de teatro
en el colegio cuando yo era un niño para recaudar dinero para nuestro viaje de
final de curso… Nada más abrirse el telón… esa adrenalina…, ese intercambio
vivo entre lo que ocurría en el escenario y la respuesta del público… su
respiración… fue una extrañísima sensación… ¡Había encontrado mi sitio! Y
cuando escuché los aplausos… ¡me sentí tan agradecido! Entonces lo supe.
- ¿Cómo y cuando se produjo tu formación como actor? ¿Quieres mencionar a algún profesor o compañero de esta época por alguna razón en concreto?
Comencé mis
clases de interpretación en una escuela de cine de Barcelona al inicio del
curso siguiente a haber representado mi primera obra en el colegio. Las
combinaba con estudios de radio y televisión, el primer curso de la carrera de
derecho y mi trabajo (me habían becado) en la radio… ¡Tenía que comer andando
de un lado a otro!, así que fui abandonando todos los estudios que no tenían
que ver con mi formación como actor y fui llenando mis horas con distintos
cursos interpretativos. Estudié interpretación de texto, improvisación,
análisis de guiones, teatro, televisión… Fueron unos años maravillosos... pero,
sin duda, lo que más me marcó fueron mis cuatro años de trapecio. El trapecio
me enseñó a combinar técnica y entrega, conocimiento del espacio y gestión de
mis propios recursos… Son unos estudios que siempre recomendaría a cualquiera
que quisiera dedicarse a la profesión de actor.
- ¿Tenías pensado otros futuros laborales además del de la interpretación? ¿Hubo algún debut ante las cámaras o en los escenarios del que no haya quedado constancia?
En aquella
época parecía que si no estudiabas una carrera universitaria no cumplías con lo
que se esperaba de ti… Así que me planteé estudiar periodismo. ¡Pero no
conseguí la nota por una décima en la media! Eso me llevó a empezar mi carrera
de Derecho… Pero al final todo quedó en nada. ¡Ni siquiera acabé el primer año!
¡Aquello no era para mí!
Después de mi
primer año de estudios de radio y televisión ya estaba trabajando en la radio…
y aún así, ni siquiera el periodismo me llenaba y se fue desvaneciendo al lado
de los primeros pequeños papeles que me salían en televisión y en el teatro.
Como anécdota,
recuerdo que me dieron trabajo para vender los programas de mano en el Teatro
Condal de Barcelona. Se representaba Germansde sang (Hermanos de Sangre) por primera vez en Barcelona. A los cuatro
días de quedarme en medio del pasillo con el programa en alto mientras entraba
el público a la platea, decidí jugármela a todo o nada y comencé a representar
un número improvisado para vender los programas… Aquél día vendí tres veces más
programas que antes, y además (yo no lo sabia), habían venido todos los jefes
de la productora que había preparado aquél montaje! El público se divertía, y ¡ni
siquiera se fueron al bar a la media parte para continuar viendo el “numerito
improvisado” del loco de los programas!
Los jefes me
felicitaron mucho, y luego de los programas vinieron los CDs de la banda sonora
del espectáculo… Fue una época maravillosa que acabó con mi contratación para
mi primera serie de televisión en TV3.
- No he encontrado apenas referencias a la primera vez que actuaste delante de una cámara, en la serie parodia de culebrones Camino tortuoso (Canal 37-Mallorca y Canal 51-Badalona). ¿En qué consistía tu trabajo?
Ese fue un
proyecto de unos compañeros de clase de mis estudios de interpretación en el
CECC (Centro de Estudios Cinematográficos de Catalunya). Yo interpretaba el
papel de un sicario en un culebrón llevado al límite de la parodia. Fue
divertido participar en ese proyecto.
- Tu debut profesional ante las cámaras se produjo, si no me equivoco, en el capítulo El contracte de la serie Estació d'enllaç (TV3, 1995). ¿En qué consistía tu papel? ¿Qué recuerdas de este debut ante las cámaras?
¡Ui…! ¡Recuerdo
que fue un subidón enorme! En aquel momento Estació
d’enllaç era una serie que tenía mucha audiencia en Catalunya. El director
era Orestes Lara, un auténtico genio… Siempre le estaré agradecido por aquel
papel, porque creo que en realidad aquello se acabó convirtiendo, sin yo
saberlo, en la prueba para cogerme luego en la serie Nissaga de Poder, que fue sin lugar a dudas el trampolín que
necesitaba para arrancar de forma profesional mi carrera de actor.