En este país tener un éxito
masivo se paga caro. Me vienen a la cabeza Pedro Almodóvar y Penélope Cruz, por
ejemplo; algo menos con Antonio Banderas, supongo que por no tenerlo a la
vuelta de la esquina cada dos por tres (aunque ni aquí ni en Hollywood se le
considere lo buen actor que era antes de partir para los Estados Unidos).
Algo parecido puede pasarle a uno
de los genios de la música pop en español: Nacho Cano. Si hubiera muerto ya
sería un icono y habría reediciones continuas de sus trabajos. Aquí no voy a
tocar a Mecano, aunque echando un ojo a sus canciones en el grupo de Ana, Jose
y Nacho no me resisto a poner mis favoritas de esa etapa. De los siguientes
álbumes: Mecano (1982, Quiero vivir en la ciudad, de las pocas
compuestas con José María; No me enseñen
la lección), ¿Dónde está el país de
las hadas? (1983, Este chico es una
joya), Ya viene el sol (1984, La estación, Busco algo barato, Japón), Entre el cielo y el suelo (1986, Ay qué pesado, 50 palabras 60 palabras o 100),
Descanso dominical (1989, Los amantes, Un año más), Aidalai (1991, El fallo positivo, El 7 de septiembre, 1917, Dalai Lama), Ana Jose Nacho (1998, El club de los humildes).
Aunque aquí no voy a hablar de
estas canciones, sino del otro Nacho Cano,
al que debemos canciones como No
controles, Dame un chupito de amor o Entra
en mi cuerpo y sal de mi vida.
Poco que decir del No controles, que ha dado hasta para
título de una película (No controles, Borja
Cobeaga, 2010), y que ya mencionamos aquí. Menos conocidos son los inicios de
Nacho Cano junto a Eduardo Benavente y Toti Arbolés en Prisma. También colaboró
con artistas que no se relacionan tanto con Mecano; como resultado el EP,
bueno, entonces, maxi single, con Germán Coppini (Golpes Bajos), que incluye la
efervescente Dame un chupito de amor (1986),
elegida entonces mejor canción del año para los oyentes de Radio 3. Las otra
canción que incluyeron en esta rareza fue Pepito
Grillo.
Germán Coppini es otro de esos
genios que parece que siempre tiene que pedir perdón por crear frases tan
buenas como las de no mirar a los ojos de
la gente, el jersey de cotton, y
demás, y aunque muchos crean que es un resto de la movida él siempre insiste en
decir que está muy activo, como aquí.
El caso de la acojonante Entra en mi cuerpo y sal de mi vida es
más raro aún: banda sonora de Sal Gorda (Fernando
Trueba, 1983), es la canción que cierra la película. Al parecer la tal Zanna
era sueca (desmontando el tópico de las suecas rubias), y formaba parte del
grupo Cinemaspop, proyecto paralelo
de Azul y Negro de transformar bandas sonoras al tecno.
Reconozco que no hubiera tenido
acceso a estas canciones, que desconocía, si no hubieran aparecido en el disco Otras miradas de Nacho Cano, el disco
más raro que haya editadoRama Lama, y que denota que no se encontró otra
discográfica que quisiera llevar adelante el proyecto (por eso es de los pocos
discos de Rama Lama en el que no hay libreto informativo al uso). Reconozco que
es de mis discos favoritos por la portada, un retrato de Ismael Álvarez, y por
su contenido, variado cual ficha rosa.
El disco incluye un poco de todo,
producciones pop en las que Nacho estuvo centrado en los 80, como para La
Unión, Álex y Christina. Menos recordadas son Magenta, grupo formado por tres
burgalesas, con un único disco La reina
del salón (1985) en el disco presentes con Los salvajes, en YouTube está Detrás de mí.
Tampoco conocía a Dana (Wood), ya
en 1991, producida por Nacho y Alejo Stivel, con su disco Diecisiete. Muy poca información de esta cantante, cuya voz me resulta
familiar. ¿Alguien sabe algo más de ella? ¿Voz de alguna sintonía televisiva?
Aunque reconozco que de este
disco, de mis favoritas es el Me he
enamorado de un fan de Ruby. Es la única canción de Nacho Cano para Ruby y
los casinos, que también han cantado canciones de Carlos Berlanga y Nacho
Canut, Bernardo Bonezzi y del curioso dúo de hermanos y letristas Ariel Rot y
Cecilia Rot.
Aunque el disco da para más:
músicas institucionales como la música de la boda real del Príncipe Felipe y
Letizia Ortiz en mayor de 2004, o bien para la candidatura olímpica de Madrid
2012, así como para la moda de España, anuncio televisivo de 2004. Lástima que
no haya incluido en e l disco de las otras miradas de Nacho Cano la música del
cuponazo que también hizo Nacho en el año 1987, cuando el cupón de la ONCE
traería cola...
No aparecen tampoco otras
canciones de otros artistas: Cuando miro
el reloj (Ivan), Reflejos (Betty
Troupe), Un extraño pez y La noche es mágica (Karina, que desconocía; no es nuestra Karina,
sino una Karina venezolana), además de canciones del CD relacionado con la
fundación Sabera en India (Voices of hope).
Y queda, claro está, el Nacho
Cano en solitario, aunque supogo que faltan unos años para que sea valorado o
reivindicado como se merece. Reconozco que, en mi caso, Un mundo separado por un mismo Dios (1994) me parece igual de megalómano que cuando salió (culpa de cómo se
vendió a los medios el disco en sí, que parecía que era EL disco del siglo).
Más adecuado me parece El lado femenino (1996),
y no solo, por el mágico Vivimos siempre
juntos en la voz de la gran Mercedes Ferrer, sino también por La trampa del corazón o La suerte que viene y va. Amor Humor (1999)
dejó menos hits (salvo, tal vez, Sube
sube) aunque tiene como rareza Lahistoria de Bill Clinton contada para niños en las voces de los Morancos y
Paco Clavel (los Mecano siempre han contado que, además del productor Miguel
Ángel Arenas, Capi, uno de los más les ayudó en sus inicios fue Paco Clavel,
que intentaba colarles en las entrevistas a las que iba). Y en Nacho Cano (2001) volvió a sacar jugo a
la voz de Mercedes Ferrer, en El amargo
del pomelo.
Y tampoco me centro en los
musicales (Hoy no me puedo levantar y
A), que no he visto; es lo que tiene
ser chico de provincias, aunque seguramente han pasado por un montón de
provincias... De Wikipedia no sé si hacer caso a que está preparando el himno
para la Virgen de la Macarena de Miami. Lo que sí que hizo y parece que no
pasará a la historia es crear Mecandance, versiones de bailes de los éxitos de
Mecano que han pasado más bien sin pena ni gloria...
Y cierro esto pensando que pocas
cosas me gustarían más que un CD con otras miradas de Carlos Berlanga y Nacho
Canut: otros dos genios que han cedido su talento para otros artistas. U otras
miradas de Vainica Doble... U otras miradas de...
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