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jueves, 28 de enero de 2016

Algunos sellos españoles del siglo XXI. Segunda parte.



Después de haber visto en la entrada anterior los sellos españoles emitidos a partir del año 2000 relacionados con la televisión y el cine, dedicamos esta a los sellos españoles del siglo XXI dedicados a la música y el cómic.

Sellos españoles del siglo XXI relacionados con la música
Dejamos fuera los relativos a instrumentos musicales. Hay sellos dedicados a la música popular (Alejandro Sanz, El canto del loco, Ana Belén, Víctor Manuel, Miguel Ríos, Julio Iglesias, el 25º aniversario de la Movida madrileña, Carlos Cano), habiendo también relacionados con el flamenco (Festival Internacional del cante de las Minas de la Unión de Murcia, José Mercé). Los compositores Joaquín Rodrigo o Manuel de Falla (con su obra El sombrero de tres picos) y el guitarrista Narciso Yepes tienen también su propio sello, así como personajes del siglo XX relacionados con la música, pero no tan conocidos para el gran público, como el folklorista cacereño Manuel García Matos o bien la ópera La Dolores del compositor salmantino Tomás Bretón. También hay emisiones filatélicas relativas a personajes de otros siglos, como el guitarrista almeriense Julián Arcas o el compositor valenciano Vicente Martín y Soler. Menos numerosos son los relacionados con la danza, con figuras como Cristina Hoyos, Sara Baras o Joaquín Cortés.

2015. 1 de julio. Narciso Yepes.


2013
8 de mayo. Festival Internacional del cante de las Minas de la Unión.


2010
11 de junio. Julián Arcas. 

 
2007
13 de abril. 25º aniversario de la Movida madrileña.


2006.
10 de octubre. El canto del loco. Ana Belén, Víctor Manuel y Miguel Ríos.



 
11 de octubre. José Mercé y Cristina Hoyos.

miércoles, 21 de mayo de 2014

Entrevista al actor José Lifante (primera parte)






1.                  ¿Hay antecedentes artísticos en tu familia? ¿Cuándo y cómo decidiste ser actor?
No, no pertenezco a una familia de artistas.

Estudié en el Colegio “Pedro Vila”, frente al Arco de Triunfo, en el barrio de Rivera de Barcelona. Era un colegio laico. Constaba de tres grandes edificios: el colegio de las chicas y la capilla a la derecha; la biblioteca, la sala de música y conciertos en el centro y a la izquierda el colegio de los chicos y el salón de actos, que creo que ya no existe. Y tres grandes patios donde jugábamos, por separado, en los recreos y al entrar o al salir del colegio. Siempre que paso por allí me traslado a mi niñez y lo contemplo con cariño.  

Dábamos diversas asignaturas, pero teníamos un profesor que era el tutor de cada curso. Cuando llegué a sexto, el profesor Sr. Salgado decidió que representaríamos una obra de teatro, de la Galería Salesiana, (las obras estaban adaptadas para chicos o chicas). Debuté en el teatro del colegio con la obra El verdugo de Sevilla de Pedro Muñoz Seca. Fue un descubrimiento mágico que cambiaría mi vida.

2.                  Te formaste como actor en Barcelona, en el Institut del Teatre y en la Escola d’Art Dramàtic Adrià Gual. ¿Hay algún actor conocido que estudiara contigo? ¿A quién te apetece mencionar que no sea tan conocido y coincidera contigo estudiando, o bien alguien que no haya seguido con la interpretación?
Sí. Me matriculé en el Institut del Teatre (entonces Instituto del Teatro, en la calle Elisabets) a los catorce años, edad mínima permitida. Y, durante tres años, estudié Arte Dramático. Conseguí el carnet profesional y el título de actor (en los años noventa me canjearon ese título de actor por un Título Universitario de Interpretación Dramática). En 1957, el Director del “Instituto del Teatro” era D. Guillermo Díaz Plaja, a quien cariñosamente llamábamos “Tío Güili”, sesudo hombre de letras, con varios libros imprescindibles en su haber, muy culto, y cachondo. La primera fila de la clase estaba reservada para las alumnas. Los chicos nos teníamos que sentar detrás. Su clase de Literatura siempre estaba llena. Era un excelente profesor.

Las clases de Declamación corrían a cargo de Dñª. Marta Grau (castellano) y de Dñª. Roser Coscolla (catalán) dentro de los límites más clásicos de la interpretación.

Un oasis de modernidad era la clase del profesor Bartolomé Olsina. Nos puso en contacto con todas las tendencias del teatro: Teatro No, Kabuki, Ópera de Pekín, Teatro americano: Eugene O´Neil, Constantin Stanivlansky, Vsevolod Meyerhold, Irvin Piscator, Bertold Brecht, Antonín Artau, Jean Vilar… Eran clases vivas que nos impulsaban a la formación y a la investigación permanentes.

Asistí a las primeras clases de la nueva Escola d´Art Dramàtic Adrià Gual, que había abierto sus puertas en el segundo trimestre de 1960, en la Cúpula del Coliseum. Me pareció muy interesante. Terminé mis estudios en el Instituto del Teatro y me matricule allí el curso 1960-61

A mis diecisiete años, con el Título del Instituto y con el carnet profesional en mis manos, me dispuse a seguir los cursos en la EADAG.

Allí empezó una nueva etapa para mí con el binomio Mª Aurèlia Capmany y Ricard Salvat. Mª Aurèlia era vital y entusiasta. Escritora, profesora de Filosofía, gran conocedora del Teatro. Ricard era más calculado , un trabajador incansable; había estudiado Dramaturgia en Alemania y poseía amplios conocimientos de las nuevas tendencias teatrales. Piscator y el teatro político. Brecht y el efecto del distanciamiento.

La EADAG tenía un cuadro de profesores muy atractivo al que se unió otra gran pedagoga Carme Serrallonga. Nos enseñaba, todos los días, Dicción y Ortofonía comparada, en catalán y en castellano. Amaba la Pedagogía y el Teatro. Hizo modélicas traducciones de grandes textos. Inolvidable.
 
3.                  Durante varios años de tu vida rodabas varias películas al año (¡hasta 8!), con papeles breves, es verdad, pero a eso se añade teatro y televisión. ¿Cómo lograbas combinar tanta actividad?
Hay años que rodaba hasta en diez películas y varios programas de televisión.
Y actuaba en el teatro. He trabajado muchísimo. Y he estudiado mucho. Tengo esa mala costumbre.

Las técnicas de trabajo son distintas en cada medio: el Teatro, el Cine, la Televisión, el Doblaje… tienen sus reglas claras. Y creo que las conozco y las domino. Pero siempre tienes que estar estudiando y preparándote para cada actuación, porque se plantean problemas diferentes. Nada es casual. Tienes que controlarlo todo.

Cierto que a veces saltas compaginando varios medios. Todo es una técnica de control. Tienes que saber exactamente dónde estás y aplicar tu experiencia.

4.                  Tal vez seas actor fetiche de algunos directores, al menos eso parece con las películas de Forges (País S.A. 1975 y El bengador gusticiero y su pastelera madre, 1977). ¿Cómo fue trabajar en estas películas? ¿Qué otros directores han repetido contigo y te consta que te aprecian?
Sí, he repetido con muchos directores. Pedro Lazaga, Jaime Chávarri, Jordi Grau, Antonio Drove, Pilar Miró, Ramón Fernández, Pedro Masó, Jesús Yagüe… Algunos me consideraban su actor fetiche. Pero lo cierto es que en todos los casos se establecía un sistema de complicidad para conseguir en la pantalla lo que se planteaba en los ensayos. Quería saber lo que tenían en sus cabezas y así conseguir acercarme a la imagen que buscaban. Es apasionante y cuando se consigue, es muy gratificador. Esencialmente en el Cine y en la Televisión. 

 
 
 
 
 
Con Forges (Antonio Fraguas) hice dos películas y un programa de televisión. Estaban preparando “País S.A.” y el maquillador José Antonio Sánchez, con el que había trabajado en otras películas, me citó en la productora para presentarme a Forges. Estaban buscando un actor para interpretar el papel de “Mariano, el hombre forgiano”. Me vieron y me dieron el papel. Luego vino “El bengador gusticiero y su pastelera madre”, un auto sacramental, las aventuras de un héroe manchego.

 
Y finalmente rodamos 24 horas aquí, guión de Froges y realización de Carmelo Barrera. Un programa especial de RTVE para celebrar los 25 años de funcionamiento del Ente. Las críticas de Forges, trabajador y conocedor de Televisión Española, fueron tan agudas y certeras que después de anunciar la emisión fue prohibida. Nos quedamos sin celebración de cumpleaños.