El mismo día que murió Pierrot,
al que dedicamos una entrada, moría también la actriz Florinda Chico
Martín-Mora, el 19 de febrero de 2011. Una de las chachas del cine español,
junto a Rafaela Aparicio y Gracita Morales. En el ránking de chachas estaría en
primer lugar Rafaela, por haberse podido lucir más en algunas películas como El Sur o Mamá cumple cien años; Florinda sería la segunda, al haber tenido
la suerte de desencasillarse en La casa
de Bernarda Alba o Cría cuervos (aunque
siguiera siendo chacha). Gracita, por desgracia, no logró apenas salir del
encasillamiento de su personaje de chacha con voz de pito (o de monja icónica
en Sor Critoen).
Estaba pensando en desnudos
femeninos del cine español. Para mí no es el felpudo de la Cantudo en La Trastienda o uno de los de Maribel
Verdú o Victoria Abril, o los pechos de Penélope Cruz con sabor a tortilla de
patatas con cebolla o a jamón en Jamón
Jamón. Seguramente los pechos del cine español (con un aire a la estanquera
de Amarcord) sean los de la buena de
Florinda en Cría cuervos de Carlos
Saura mostrándoselos a los ojazos de Ana Torrent.
Podemos recordar a Florinda y
volverla a ver con sus numerosos papeles en cine y televisión, además de su
biografía, Florinda Chico. En el gran
teatro del mundo. Del libro de sus memorias, que comienza con su fecha de
nacimiento, el 24 de abril de 1926 en Don Benito (Badajoz) destaca el mal
recuerdo que le quedó toda su vida de alguna gente de su pueblo, envidiosa y
cicatera. Algunos de esos malos momentos desaparecieron el día que fue nombrada
hija predilecta de Don Benito. Antes de llegar a ser actriz trabajó como
modista, vendedora y mecanógrafa. En el libro se recogen también sus inicios en
el Teatro de La Latina en Madrid, con encuentros vitales como los del maestro
Guerrero o Celia Gámez. Da también repaso a sus grandes éxitos televisivos,
como La casa de los Martínez, Taller
mecánico, Makinavaja o La casa de los
líos.
Tal vez lo más interesante sean
los pequeños comentarios que acompaña a la descrpición de algunas de sus
películas. A Florinda no se le caen prendas al opinar de algunas de sus más de
cien películas como No somos ni Romeo ni
Julieta de 1968 (“De las películas que más me gustan y suelo verla con
frecuencia”), Vamos por la parejita de
1969 (“Me encanta”), Abuelo made in Spain
de 1969 (“Preciosa película. Cuando la ponen en Cine de barrio bate el record de audiencia”), ¡La que arman las mujeres! de 1969 (“Mi hermana la ve siempre
cuando no hay nada que le guste en la tele”), El padre de la criatura de 1971 (“Es preciosa y una de mis
favoritas”), Jenaro el de los catorce de
1973-4(“Muy buena también”), Gay club de
1980 (“Graciosísima, de morirse de risa”).
Florinda tuvo la suerte de
destacar también en sus últimos años, tanto en teatro (como la reina Isabel II
en Que me quiten lo bailao. La reina
castiza), como en cine (No somos
nadie, el debut en el largometraje del actor Jordi Mollá), así como en
televisión, con su chacha Toñi (la leche,
Toñi) y sus famosas croquetas, que volvían loco a Arturo chatín Fernández.
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