ASSUMPTA SERNA ACTRIZ
1.
¿Hay
antecedentes artísticos en tu familia? ¿De dónde viene tu interés por la
actuación?
En Cataluña, y
concretamente en Barcelona, tuve la suerte de encontrar a los 12/13 años, un
grupo de gente muy lista que ensayaba teatro los domingos en la Salle Congreso.
Allí por primera vez, tuve la experiencia de actuar enfrente de padres y amigos
otro domingo. Éramos niños, pero a muchos de nosotros nos había gustado hacer
reír y emocionarse a nuestros familiares. Yo me tomé muy en serio esta
profesión porque sentí que la eficacia de un gag que discutíamos durante
semanas, era capaz de traspasar y emocionar a personas. Ser capaz de cambiar el
estado de ánimo de una persona y hacerla reír me pareció mágico, aunque solo
fuera por una hora.
2.
Al empezar a
expandir tu carrera internacionalmente, ¿eras consciente entonces, en la
segunda mitad de los años ochenta, de lo importante que sería para los jóvenes
actores de inicios del siglo XXI dominar varias lenguas y rodar en el
extranjero?
Para mí, el actuar
en otras lenguas simpre ha sido un reto, una constante inspiración. El aprender
palabras que no existen en la lengua madre y que denotan una cultura diferente
es lo que más me ha ayudado para sentirme siempre motivada y humanizada por mi
profesión. La palabra selfconscious,
por ejemplo, que no existe en español y que retrata una manera de ser tan
inglesa… Pienso que ser actriz te abre a un entendimiento de tu propia cultura
y la de los demás y que te ayuda a apreciar la diversidad y estar orgulloso de
tu país y de tu diferencia. Te enamoras más de tu país y de su gente cuando
estás fuera, cuando te das cuenta del valor diferente que aportas a otra
cultura. Para mí, estudiar lenguas ha sido abrir puertas a lo desconocido, a
saber observar con ojos amables, a perder miedos, a encontrarse con otras
personas con costumbres muy distintas, pero unidas por el mismo objetivo: hacer
pensar, reflexionar, divertir al espectador. No hay nada más bonito cuando
puedes entender y ayudar a entender a tu país y hacerles valorar de dónde
llegas, a veces cambiando clichés, a otras personas.
3.
Al empezar a
rodar en el extranjero y en otras lenguas, ¿eras un bicho raro entre los
actores de tu generación? ¿Notaste en algún momento envidias por ser, durante
los años noventa, la única actriz española con carrera internacional estable?
Sí. No sé si en
los actores, causaba envidia, pero sí que provocaba ironía. Y es una pena,
porque creo que nos alegramos poco del éxito de los otros, del conocimiento de
los otros. Somos un país que debemos cambiar el chip. Como dice Scott Cleverdon,
mi marido, no podemos tener aquello que criticamos de los demás. No debemos reírnos
de algo que no sabemos. La ignorancia es muy destructiva y no se combate con
dinero.
4.
¿Ha jugado en
tu contra ser una actriz pionera en este sentido? Me explico: a un director
novel le puede imponer mucho respeto, por tu experiencia, incluirte en su
reparto, o un rodaje con escaso presupuesto puede llegar a pensar que tu caché
se les sale de presupuesto...
Pues mi carrera
está llena de primeros directores, de proyectos arriesgados… He siempre pensado
que para aprender de verdad lo que es la vida, para poderla representarla en
toda su profundidad, debemos estar un día en un avión o en un hotel de primera clase
y al dia siguiente, no tener dinero para el metro. Apreciar las cosas en cada
momento y no creerse nunca que se ha llegado a algo, sino maravillarse a cada
giro del camino como forma de vida es lo que te hace ser un poco más sabio. Luchar
por querer hacer las cosas mejor no puede asustar a nadie, o no debería.
5.
¿Te duele o
molesta de alguna manera que muchos de sus trabajos internacionales no sean
para nada conocidos en España?
Pues sí, mucho.
Pienso que la diferencia de España con Francia, por ejemplo, es el cuidado con
el que periodistas, Instituciones públicas, gente del sector, trata a sus
actores y actrices con más de 30 películas o obras de teatro a sus espaldas. Creo
que una TV nacional en un país como España debería apoyar a los actores
comprando las series o películas por el mero hecho de estar en una producción
europea o americana. Los actores franceses tienen una industria que les apoya.
Cuando salen de su país, las instituciones del país se encarga de apoyarles o
bien financiando parte de la película/serie o comprando los derechos de la obra
audiovisual para que se vea su trabajo. La imagen de un país la hacen sus
poetas, sus creadores, sus actores… No me explico como muchas de mis
películas/series, no se han distribuido aquí a lo largo de los años. Parece que
me hubieran retirado antes de tiempo.
6.
¿Ha habido
papeles en tu carrera que han sido determinantes para obtener otros o se ha ido
encadenando todo?
Nunca sabes
como actor quien o qué ha sido determinante para que te ofrezcan
definitivamente un personaje. Pero Dulces horas de Carlos Saura (1982),
fue el inicio de mi carrera. Me situó en una aura intelectual, de seriedad con
la que comulgo todavía. Matador de Pedro Almodóvar (1986)
sirvió como carta de presentación en Estados Unidos y en Francia. El maestro
de esgrima (Pedro Olea, 1992) me enseñó que sirve mucho para la
película y para una actriz, invertir en tu carrera y prepararse a conciencia y
que no hay reto que un actor/actriz con ganas no pueda proponerse para que el
personaje exista en toda su belleza.
7.
¿Ansías algunos
papeles en concreto o crees que tu filmografía ha tocado más o menos todos los
palos?
Me gustaría
hacer comedia en España. Me gustaría volver a hacer teatro bueno, me gustaría
producir una película, me gustaría trabajar con Amenábar, con Almodóvar, con
Saura, con Bayonas… Es difícil sentirme saciada en esta profesión. Una actriz
representa la vida y la vida es más sorprendente que nuestra propia
imaginación.
8.
No son
abundantes tus papeles en teatro. ¿A qué se debe esta, para algunos, posible
carencia en tu carrera?
Para hacer
teatro, te debe gustar mucho el texto y las personas con las que trabajas. Me
gusta demasiado el teatro para hacerlo por otras razones. No quiero hacer
teatro para vivir, quiero defender en persona aquello de lo que estoy
convencida. Ya va siendo hora que vuelva al teatro, sí, y que nos unamos los
amigos para ofrecer algo interesante al espectador.
9.
Con tu
experiencia actuando con actores de diferentes países, tal vez saber puedes
mencionar cuál es el punto fuerte de los intérpretes españoles (¿la pasión?) y
su punto débil (¿el dominio de lenguas?).
Yo diría que
muchos actores están silenciosos, con miedo a decir, a expresar. Es como si
hubieran “tirado la toalla”, como si estuvieran desilusionados en la marasma de
mediocridad que ven en las pantallas, sobretodo la pequeña de la TV. Creo que
hay poca iniciativa, y han renunciado a su propia creatividad. He visto a
actores/actrices que tienen que disimular su propia inteligencia, que han
dejado de ser creativos para aspirar solo a poder sobrevivir.
10.
¿Cambias tu
técnica de actuación según la lengua? Me explico: español o catalán son lenguas
más adecuadas para papeles que implican mayor pasión; otras lenguas las asocias
más con papeles racionales, etc.
Interesante
pregunta. Para mí todas las lenguas me hacen sentir diferente. No sé si pasión,
en la lengua que menos he rodado curiosamente es en la materna, el catalán. El
español significa que me quieren en mi país y que me dan de nuevo la
oportunidad de expresarme en mi propio país. Me cuesta últimamente encontrar
personajes en español que tengan una entidad. Espero que me los den, después de
los 60… Muchos espectadores me preguntan por qué no me ven más… La verdad no sé
qué contestarles, pero es verdad, hace ya mucho que no me ofrecen un personaje
protagonista en cine.
11.
¿Cómo haces
para no olvidar las lenguas que dominas (catalán, español, portugués, francés,
italiano, inglés)? ¿Cómo puede aprender un actor una lengua de manera que no le
cause inseguridad en un rodaje?
Trabajo,
trabajo y más trabajo. Hay que rodearse y saber elegir las personas que puedan
ayudarte. Es importante saber reconocerlas. Hay que ver mucho cine de esa
lengua, leer en voz alta, comprobar lo que dices con desconocidos, a ver si te
entienden… Hay que continuamente probar y equivocarse en lugares que no sean el
lugar de trabajo. Por eso creamos la Fundación first team, para que los actores
tuvieran un lugar en el que el error es posible, un lugar donde no importe
equivocarse.
12.
¿Te han
ofrecido papeles en otras lenguas que no conoces? Si sucede el caso, ¿los
aceptarías? En el caso afirmativo: ¿cómo prepararías dicho papel?
No hay nada que
me haga más feliz que aprender en mi trabajo algo que no sabía. Pues me
prepararía a fondo, como siempre he hecho. Intentaría buscar al que supiera más
del tema…
13.
Después de
haber rodado, si no me equivoco, seis cortos como directora (El gesto, Caso sexual, El día después,
Superliberal, Yo así no levanto cabeza, La flor), ¿darás el salto a la
dirección de un largometraje?
Pues me atrae
más producir por el momento. Pero me gusta mucho codirigir con mi marido, Scott Cleverdon, él si que es un
escritor y director del que aprendo siempre mucho.
14.
¿Has sentido la
invisibilidad que otras actrices de tu generación han sufrido? ¿Qué podemos
hacer para que no falten papeles para actrices de tu edad?
Exigir,
escribir a los jefes de las cadenas cartas exigiendo que cuente vuestra
opinión… Podéis asociaros, pedir que hayan plataformas donde reivindicar el
cariño y el recuerdo hacia aquellas personas que te han hecho pasar momentos de
reflexión, que te han emocionado, de las que has aprendido. Como público,
tenemos también una responsabilidad para no solo “castigar” no viendo las cosas
que nos gustan, también podemos hacer que nuestra opinión se valore. Hay asociaciones
del espectador, decir a organizadores de festivales que organicen más
retrospectivas de actores españoles… Deberíamos exigir mecanismos de control
para que en nuestra TV pública hubiera más diversidad, más calidad. Deberíamos
creer firmemente que es posible cambiar las cosas que no nos gustan y que entre
todos intentar contribuir a mejorar el producto cultural y ofrecerlo con
orgullo a nuevas generaciones. Podemos comprar las películas en vez de
piratearlas, podemos asociarnos para presionar que estén los actores que
admiramos en la programación de la televisión nacional que pagamos entre todos
y que deberíamos poder cambiarla a mejor con nuestra opinión de calidad, no
solo de cantidad. No es normal que tu propio país no considere a actores y
actrices cuando están en vida, cuando todavía se les puede dar trabajo. Creo
que el gran reto ahora para el sector audiovisual es hacer películas,
personajes para todos los sectores del público. Tengo la sensación que
confundimos la moda con el estilo, que no se sabe en el sector reconocer bien
la profesionalidad, que no se sabe premiar el esfuerzo ni el rigor ni la
coherencia. Creo que hay demasiado ruido para poder escuchar. Creo que vamos
todos demasiado aprisa, para no llegar nunca a ninguna parte. Creo que la gente
del sector audiovisual no reflexionamos lo suficiente entre nosotros, que
todavía no nos hemos puesto de acuerdo en reconocer indicadores de calidad y
que aprendemos poco, que caemos una y otra vez en los mismos errores.
(Derechos de las fotografías de Assumpta Serna y Scott
Cleverdon, Luis Malibran)
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