No
hace falta, más bien, acordarse de Félix Rodríguez de la Fuente, cuyo recuerdo
en la red es más que abundante y más habiéndose cumplido 34 años de su muerte.
Por poner tres ejemplos, más de tres millones y medio de resultados ofrece
Google con su nombre, 1245 objetos están a la venta en Todo colección
relacionados con él (una claqueta original de El hombre y la tierra se vende por 6000 euros...) y 372 productos
en Amazon.
Se
dice que el amigo Félix fue el
culpable de que varias generaciones de chavales se interesaran por los
animales. ¿También que otros no hayamos salido tan de ciencias porque sus
programas nos aburrían? Mitificado y recordado, pues, como pocos. Aunque en el Aquí hay tomate del año 2005, creo
recordar, se intentó mostrar a otro Félix, pero los reportajes fueron
silenciados y no se llegaron a emitir más que cebos; se supone que iban a
hablar de que los animales eran preparados
para las grabaciones de los reportajes de Félix, su mal comportamiento con
el equipo, etc.. Telecinco fue por ello condenado a pagar a la familia de
Félix.
Mejor
quedarnos con el regusto ochentero que genera Félix, incluso hoy en día, con
ese curioso Club de amigos de Félix Rodríguez de la Fuente, con aire a clubes
como el Club Panini, el Club Chispas, el Club de la Revista Gesto, el Club
Espinete, el Club de Amigos de las Revistas Disney, etc. de los que ya hablamos
aquí.
Antes
de tratar el tema de esta entrada, las estatuas de Félix que están repartidas por
casi toda España, tres vídeos con imágenes y sonidos asociados para siempre con
Félix: la sintonía de El hombre y latierra de Antón García Abril (Televisión Española, 1975-1980), la
reconocible voz de Félix hablando, por ejemplo, del lobo, así como el homenaje
de Enrique y Ana, que no puede faltar si se habla de Félix.
Algo no se le puede negar a Félix: sin duda es el español del siglo XX más recordado en muchos lugares de España (que no esté relacionado con la familia y real y la política -no creo que aumenten demasiado a partir de ahora las estatuas de Adolfo Suárez, aunque sí las calles, avenidas, polideportivos, etc.-). El recuerdo puede ser en forma de calle, avenida, plaza, colegio, instituto, polideportivo... El recuerdo más visual puede ser el que aquella estatua de Félix Rodríguez de la Fuente que uno vio en un sitio, y luego en otro, y en otro y en otro, pues abundan bustos y estatuas del amigo Félix. Muchas de ellas se mencionan en este enlace.
La
ruta empezaría y acabaría en la misma provincia: Burgos. Como burgalés de Poza
de la Sal tiene su recuerdo en su localidad natal, así como en Cubo de Bureba y
en la capital, en cuyo cementerio está enterrado (trasladando con polémica sus
restos desde Poza de la Sal a Burgos, un año y unos meses después de su
entierro), en una tumba esculpida por el escultor turolense Pablo Serrano.
Las
estatuas de Félix son internacionales, pues también queda recuerdo en Alaska,
en concreto en Anchorage. En Alaska falleció Félix el 14 de marzo de 1980. Allí
se produjo el accidente aéreo que acabó con su vida y con la de otros miembros
del equipo del reportaje (Teodoro Roa y Alberto Mariano Huéscar) -así como del
piloto de la avioneta, Warren Dobson- que estaba grabando sobre una carrera de
trineos con perros.
Y a
partir de aquí estatuas por doquier, para todos los gustos. Unas más logradas,
otras, menos. Unas más cuidadas, otras, no tanto. Por orden alfabético son las
siguientes:
Albacete |
Alcalá de los Gazules (Cádiz) |
Almería |
Almonte (Huelva) |
Barcelona |
Calella de Mar (Barcelona) |
Cieza (Murcia) |
Cádiz |
El Tiemblo (Ávila) |
Fuente del Arco (Badajoz) |
Hellín (Albacete) |
Madrid |
Málaga |
Obagues de la Vall del Rigard (Girona) |
Peligros (Granada) |
Portugalete (Vizcaya |
Santa Pola (Alicante) |
Santa Cruz de Tenerife |
Santander |
Zamora |
Junto
a las estatuas, también miradores o parques como los siguientes:
Sigüenza (Guadalajara) |
Albacete |
Burgos |
Colmenar Viejo (Madrid) |
Madrid |
Pedro Abad (Córdoba) |
Rota (Cádiz) |
Torredelcampo (Jaén) |
Jimilena (Jaén) |
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