Es
posible interpretar a varios personajes sin necesidad de cambiarse de atuendo.
Se puede vestir de negro y representar la soledad y el silencio con un agudo sentido
del humor. Habrá quien salga de un biombo, cante sevillanas japonesas, cree una
familia de la nada y evoque la emotividad de Lorca con elegante estilo y gomina
punteada. No es inconcebible imaginar a un hombre que conjugue lo cotidiano con
lo abstracto o lo culto con lo popular y sea a la vez naif y sarcástico, tierno y
cruel, tímido e histriónico, bailarín y modelo, poeta y actor. Quién más quien
menos cuenta con una personalidad propia, configura decenas de personalidades y aún
así resulta un auténtico desconocido por el misterio que desprende. Pero no es
fácil.
Ángel
Garó nació el 12 de enero de 1965 en La Línea de la Concepción (Cádiz). Desde
muy joven dedicó su vida al teatro y al arte. Fue becado por Cristina Rota para
completar su formación dramática en Madrid y pronto demostró que su delicado
acento andaluz combinaba bien con el glamour y la profundidad de sentimientos.
En
la televisión debutó en el programa ¿Pero esto
qué es?, donde imitó a Lola Flores y presentó a Chicago Mipeo, "el
japonés de oro", precedente de Chikito Nakatone. Veamos esta primerísima
actuación, con fecha del 7 de julio de 1989:
Su
salto a una fama sin precedentes en España lo dio con los entrañables personajes
que interpretó en Un, dos, tres...
responda otra vez, a principios de los años noventa. Su primera aparición
en el programa vino de la mano de dos hermanos antagónicos y complementarios:
el buenazo malote de Pepe Itárburi y el dotadísimo de gracia Juan de la
Cosa, ingenuo y travieso a un tiempo.
No
es casualidad que el regalo que Ángel Garó dejó a los concursantes en esta
primera actuación fuera un ejemplar de Platero
y yo de Juan Ramón Jiménez, poeta andaluz con quien comparte sensibilidad y
afinidades estéticas.
Un
poco más tarde vino Chikito Nakatone, japonés agudísimo cuya forma de ver
el mundo en realidad estereotipaba muchos de los prejuicios que los españoles
teníamos -y tenemos aún- ante lo desconocido:
Y
cómo olvidar a la madre de los tres hermanos, la sin par Maruja Jarrón,
conservadora para lo que le interesaba y crítica feroz de la sociedad:
El
quinto personaje era Madame Pisset, quien solo tuvo una intervención en
el programa. Se trataba de una estricta niñera británica que cuidaba a un
muñeco con forma de bebé, al que dispensaba tratos menos amables de los que
supuestamente merecía.
La
imitación de personalidades famosas era lo que más se estilaba en el humor de
la época, sobre todo en televisión. Sin disfraz y sin imitar a nadie, Garó
destacaba por crear personajes absolutamente identificables con solo mirarlos
durante un segundo. Sin necesidad de caracterización, salvo unas gafas negras
para Maruja Jarrón y otras blancas para Madame Pisset, un hombre de negro bastó
para calar en el corazón de millones de espectadores. Modernísimo en su momento
-mejor dicho, atemporal-, obtuvo un éxito popular extraordinario que se refleja
en la ya mítica primera presentación formal del actor ante su público. Sin el
apoyo de sus personajes, resulta inolvidable su última aparición en el programa final
de la séptima etapa del Un, dos, tres... Sus
palabras sonaban a despedida y, en cierto modo, supusieron un punto de
inflexión en su carrera:
Su
fama era tan grande que Martes y 13, referencia del humor en España, no se
resistió a realizarle una entrañable parodia. Notemos lo difícil que es imitar
a una persona única y de gracia singular, pues ni siquiera el brillante Millán
Salcedo consiguió captar el personalísimo estilo de Ángel:
Después
llegó el espectáculo teatral "Personas humanas" (1994), con el
que emprendió una gira por diferentes lugares de España. Sin restricciones de
ningún tipo, Garó pudo dar rienda suelta a su fértil imaginación y mostrar a personajes
difíciles que no habían salido en Un,
dos, tres..., como el sutil rapsoda Antonio Cierva. El actor estaba en la
cresta de la ola y fascinaba a todo aquel que anhelase imposibles y buscara
verdades. Merece la pena revisar el espectáculo de cabo a rabo, tanto para
comprender mejor aquella época como para interpretar nuestro presente desde el
punto de vista de un artista lúcido y adelantado a su tiempo:
La
obra "Personas humanas" se reprodujo en la televisión, de modo que los
que no pudimos disfrutar del espectáculo en directo no nos perdiéramos la
ocasión de reír y llorar al mismo tiempo, de divertirnos verdaderamente. Pocas
veces la poesía había estado tan cerca del humor; menos veces aún el arte total
se había concentrado tan bellamente en una sola persona. Dada su juventud, daba
la impresión de que aquel deslumbramiento que vivimos sería solo el principio de
una mayor continuidad, la promesa de que lo que habíamos visto hasta ese momento
en el Un, dos, tres... nos sabría a
poco. Sin embargo, esta obra acabó volviéndose la culminación de una etapa y el
inicio de la incomprensión que a la postre se sucedería. España no estaba
preparada para una visión tan mordaz de la sociedad ni para una forma tan
personal de afrontar el arte.
No
es muy conocido el hecho de que Ángel Garó intervino en De tú a tú, programa de Nieves Herrero, pero muchos recuerdan
sus actuaciones en El semáforo
(1996), dirigido por su impulsador Chicho Ibáñez Serrador. No obstante, su
popularidad fue decreciendo. Como si lo excepcionalmente bueno estuviera maldito,
el éxito masivo se fue convirtiendo en apariciones cada vez más esporádicas en diferentes
programas de televisión, en especial de cadenas autonómicas. Entre sus personajes
destacará a partir de entonces la dicharachera Maruchi, con la que Garó salía a
los escenarios apoyado por su hermana Olga, una actriz que trabaja en exclusiva
para él y que suele interpretar a una ingenua alemana que lo complementa a la
perfección y da color a sus escenas:
Entre
otras muchas apariciones estelares en televisión, podemos recordar sus
divertidos sketchs en Noche de fiesta
(2002), acompañado de Olga:
O su
participación en el programa Mira
quién baila en 2005, donde mostró una gran elegancia y sutileza a la
hora de bailar:
Más
controvertida, pero no menos brillante, resultó su participación en el programa
El hormiguero en 2009:
Y
absolutamente genial resulta esta representación en El destornillador (¿2012?):
El
siglo XXI ha visto como Ángel Garó se ha dedicado sobre todo al teatro, tanto
en el papel de director (en la obra ¿Y
aquí como se empieza?, 2001) como de actor.
En
2009 fue célebre su actuación en la obra del teatro Como te mueras, te mato, donde hacía de mujer:
En
una entrevista fechada en 2013, con motivo de su vuelta a las tablas con su
espectáculo En esencia, aseguró
que en la actualidad apenas aparece en televisión porque tan sólo le ofrecen
participar en realitys. Esto habla
de los problemas de la televisión actual, donde el talento y la originalidad
quedan relegados a favor de formatos estereotipados que poco tienen que ver con
lo artístico:
Veamos
un fragmento de su reciente show En
Esencia, donde se aprecia que su capacidad analítica y subversiva sigue tan
intacta como su querencia por lo popular y el acerbo andaluz:
En
TVE1, para celebrar el año 2014, Garó demostró que su humor nunca pasa de moda y
que está en plena forma. Sin embargo, creemos que quizá brilla más cuando deja
un poco de lado a sus antiguos personajes y cuenta nuevas historias sin
recurrir a la nostalgia que tanto le pide gran parte de su público. En todo
caso, sus admiradores debemos agradecerle que nunca nos haya traicionado y nos
siga dando escenas tan exquisitas como esta:
Ángel
Garó no ha parado de trabajar a pesar de pasar mucho tiempo alejado de los
focos. Una de sus facetas más curiosas la desarrolló como regente de un restaurante-museo en Málaga, llamado La casa del Ángel.
Como
coleccionista de arte, posee una gran corpus pictórico y escultórico de obras
que van desde el siglo XV hasta la actualidad. En 2010, propuso exponer su colección de arte en su tierra natal.
Y ha
cedido gratuitamente, durante cinco años, gran parte de su colección a La casa de la Juventud de Estepona (Málaga).
Actor
consumado e incisivo poeta, Ángel Garó es sobre todo un artista en su máxima
expresión. Como doblador, ha aparecido en el Libro Guinness de los Récords por
doblar a los 32 personajes de FernGully:
Las aventuras de Zak y Crysta (1992).
En esta web se ofrece un extraordinario resumen de su trayectoria.
En esta web se ofrece un extraordinario resumen de su trayectoria.
Y
esta página también es muy interesante al respecto.
En cuanto a su
currículum profesional, este enlace detalla varios de sus logros.
Como los
ángeles, podemos decir que Garó es irrepetible. Al ser tan único, no es fácil
encontrar influencias directas de su estilo. Acaso su herencia
resulta ligeramente perceptible en un humorista
joven como Dani Rovira.
Existe una entrañable
sección en Youtube llamada "Fans de Ángel Garó".
En 2015 ha
cumplido 50 años y sus fans le han hecho un homenaje con un emotivo vídeo en el
que aparecen sus amigos y otros famosos vinculados a su vida y a su carrera,
como María Abradelo, Agustín Bravo, Jacqueline de la Vega o Nieves Herrero. Quizá
la mejor forma de cerrar este pequeño homenaje a Ángel Garó sea ver el
vídeo mencionado, donde se resume con las palabras de sus seres queridos el
gran legado de momentos maravillosos que el artista ha dejado y seguirá dejando
en nuestra memoria.
Qué bueno este resumen de Ángel Garó. Me acuerdo de verlo en el un dos tres con mi abuela, y ella, que tenía un ojo clínico con los artistas me decía que lo que hacía este hombre era "muy original". No hay forma mejor de describirlo, con los años me quito el sombrero por un artista que desde luego arriesgó y ha hecho cosas totalmente adelantadas a su tiempo y a años luz del humor que se destilaba en el país.
ResponderEliminarMaravillosa entrada. Enhorabuena!
ResponderEliminarSe lo paso a Ángel Garó ahora mismo. Seguro que le gusta.
Ahora mismo y desde hace años, imparte clases magistrales de teatro, esta vez en Málaga. Es una faceta suya que le apasiona.
Una cosa, los de undostres web, a cuyo enlace nos remites, dicen que se llama Ángel González González. Un error como una catedral.
ResponderEliminarAcabo de ver a Angel Garo en el hotel Vista Oro de Benidorm haciendo cosas de magia. Se hacían llamar Michel y Leti, la chica con la que actuaba. Le saludé y me negó que fuera Angel Garo, pero me confirmaron después que en realidad si que era.
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